El Trastorno de la Imagen Corporal es una preocupación exagerada, que produce malestar, hacia algún defecto imaginario o extremado de la apariencia física. La labor de la enfermería es fundamental para superar este trastorno, es la persona la que se ve, piensa y se comporta de manera desfavorable hacia su cuerpo, por lo tanto, la enfermera (el enfermero) ha de ayudar a la persona a aceptarse y comportarse de forma más positiva respecto a su imagen. Este diagnóstico aborda aspectos perceptivos, cognitivos, emocionales y conductuales que ayudan a identificar la existencia de este trastorno a través de cambios que experimenta la persona en el desempeño del rol habitual, de la identidad personal y la autoestima. Es de gran importancia la influencia que ejercen los factores sociales y culturales, además de las características personales. Finalmente, analizaremos los criterios de resultados propuestos por la NANDA-I, para lograr que alcancen unos objetivos que les permitan pensar más favorablemente de sí mismos.